¿Conoces todas las diferencias entre POP y POS? Se trata de dos términos que provienen del inglés relacionados con el PLV (Publicidad en el Lugar de Venta) y que se refieren al punto de compra (Point Of Purchase) y punto de venta (Point Of Sale). Solo conociendo cuáles son sus peculiaridades será posible entenderlos y sacarles el máximo partido posible.
¿Conoces todos los tipos y usos del PVL? Actualmente, nos lo podemos encontrar en toda clase de display, floorstand, lineales, de sobremesa, escaparates… Son muchas las últimas tendencias que existen en este campo. Por eso, si lo que deseas es maximizar tu lugar de venta, te invitamos a ponerte en nuestras manos cuanto antes. Estaremos encantados de ayudarte en todo lo que necesites, ofreciéndote soluciones para tu caso concreto.
¿Conoces las diferencias entre POP y POS?
Para conocer las diferencias entre POP y POS, lo primero de todo será tener claro en qué consiste cada uno. En primer lugar, POP (Point Of Purchase) se refiere a aquel espacio de una tienda cuya finalidad será conseguir que los clientes compren, empleando el merchandising para lograr este fin. Así, lo más normal es utilizar distintos elementos de publicidad, como pueden ser los rollups, los banners o los displays. El objetivo será conseguir posicionar una marca o un producto y que los clientes potenciales se identifiquen y familiaricen con él.
En segundo lugar, nos encontramos con el POS (Point Of Sale), que es el espacio que se sitúa alrededor de la zona de pago y en el que se exhiben distintos productos para ser adquiridos de forma impulsiva, prácticamente inconsciente. Al contrario de lo que ocurre con el POP, no se busca una identificación y familiarización, sino más bien que el usuario lleve a cabo una compra poco informada. Lo ideal, en este caso, sería conseguir casi la automatización.
Pese a las evidentes diferencias entre POP y POS, sí que es cierto que ambas alternativas cuentan con pequeños puntos en común. Uno de ellos tiene que ver con el diseño del display promocional. Es fundamental para los dos para conseguir llamar la atención del consumidor. Eso sí, pese a que la importancia es la misma, no lo serán las necesidades de cada uno de ellos. Al tratarse de dos pautas de consumo totalmente opuestas, habrá que adoptar diferentes diseños para poder alcanzar el objetivo final: la compra del producto por parte del usuario.