La producción y colocación de vinilos se ha convertido en una actividad crucial en nuestra empresa. En muchas ocasiones porque los elaboramos para ser colocados directamente en vehículos, escaparates o suelos de superficies comerciales. Y en otros muchos casos, porque forman parte de los proyectos integrales de identidad corporativa que llevamos a cabo.
Es obvio que en función de su contenido y del lugar en el que vayan a ubicarse, recurrimos a un tipo de vinilo u otro, y hoy nos gustaría hablarte de unos concretos: los vinilos ácidos. ¿Sabes exactamente qué son y cuándo se utilizan? Te lo contamos a continuación.
¿Qué son los vinilos ácidos?
Los vinilos ácidos, también conocidos como vinilos arenados, se caracterizan por ser polímeros translúcidos que permiten el paso de la luz, pero otorgando cierto grado de opacidad a las superficies sobre las que se colocan, normalmente cristales y espejos.
Su nombre se debe a que estos vinilos pretenden imitar el efecto que consiguen los cristaleros cuando emplean ácidos en sus cristales, los cuales pasan de ser transparentes a ser translúcidos, con una textura monocroma mate en color gris y con aspecto granulado.
De ahí que sea habitual encontrarlos en escaparates de establecimientos comerciales, especialmente en peluquerías, centros de estética o clínicas de salud en los que a la finalidad decorativa y estética se une la de aportar cierta privacidad.
¿Cuándo se usan estos vinilos?
Como señalamos, los vinilos ácidos se utilizan principalmente con fines decorativos, ya que ofrecen la posibilidad de decorar paredes interiores y escaparates de forma elegante.
A su dimensión decorativa tenemos que unir su dimensión publicitaria o corporativa. Por ejemplo, estos vinilos se suelen encontrar en mamparas de cristal que sirven como tabiques divisorios en oficinas. Si se recurre a estos vinilos es porque aportan privacidad al interior de cada espacio y además pueden contener el logotipo o alguna textura propia de la identidad corporativa.
Y para finalizar, no podemos olvidar que el tono gris mate translúcido de estos vinilos los convierte en la solución perfecta para colocar en cristaleras y escaparates de negocios que quieren que sus clientes gocen de cierta intimidad cuando estén dentro. De hecho, una gran parte de los vinilos para escaparates de tiendas que colocamos en Grupo Ariza en establecimientos como farmacias, clínicas dentales o centros de estética son vinilos ácidos que aportan decoración y privacidad a esos cristales.
Tipos de vinilos ácidos:
Existen diferentes tipos de vinilos ácidos o vinilos arenados en función del material con el que se hayan elaborado, el uso que se les vaya a dar y la ubicación a la que estén destinados, ya sea en cristales interiores, en escaparates de tiendas o en paredes con fines decorativos:
- Vinilo ácido impreso: Estos vinilos pueden imprimirse en CMYK, de ahí que sean los más utilizados con fines publicitarios y corporativos. Debido a su personalización resultan muy versátiles y permiten dar rienda suelta a más posibilidades creativas.
- Vinilo ácido para cristales: Aunque estos se pueden imprimir o no, estos vinilos poseen esa textura granulada mate para aportar cierta privacidad sin renunciar a la luminosidad. Son una solución muy elegante, bonita y efectiva, además de una gran herramienta para ganar discreción mientras se refuerza la imagen corporativa.
- Vinilos ácidos para escaparates: Son prácticamente el mismo tipo de vinilo ácido que se utiliza en cristales interiores, pero difieren en gramaje además de que muchos están preparados para estar ubicados en un espacio que recibirá la incidencia de la luz solar.
En definitiva, los vinilos ácidos constituyen una gran opción para decorar mamparas de oficinas y dar privacidad a su interior; para terrazas acristaladas de establecimientos de hostelería y, sobre todo, como solución para escaparates de tiendas y comercios. En cualquier caso, antes de apostar por esta solución, lo mejor que puedes hacer es ponerte en contacto y desde el Grupo Ariza valoraremos el espacio para aportarte la mejor solución.
